Entonces se levantaron Zorobabel, hijo de Salatiel, y Jesúa, hijo de Josadac, y comenzaron a edificar la casa de Dios que está en Jerusalén; y con ellos los profetas de Dios los ayudaron.

(a) Quien los animó a seguir adelante y los maldijo porque tenían más cuidado de construir sus propias casas que celosos de construir el templo de Dios.

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