Y él dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que mi Señor vaya entre nosotros; (b) porque [es] un pueblo de dura cerviz; y perdona nuestra iniquidad y nuestro pecado, y tómanos por tu heredad.

(b) Al ver que la gente es de esta naturaleza, los gobernantes necesitan invocar a Dios para que siempre esté presente con su Espíritu.

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