Porque yo por la ley estoy muerto a la (t) ley, a fin de vivir para Dios.

(t) La Ley que aterroriza la conciencia nos lleva a Cristo, y solo Él nos hace morir a la Ley, porque al hacernos justos, nos quita el terror de la conciencia. Y al santificarnos, causa la mortificación de la concupiscencia en nosotros, de modo que no puede aprovechar tal ocasión para pecar por la restricción que hace la Ley, como lo hizo antes; ( Romanos 7:10 ).

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