Y el SEÑOR olió un olor grato; y el SEÑOR dijo en su corazón: No volveré a maldecir la tierra por causa del hombre; porque la imaginación del corazón del hombre es mala desde su juventud; ni volveré a herir a todo ser viviente, como he hecho.

(k) Es decir, por ella se mostró apaciguado y su enojo en reposo.

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