(3) Pero los judíos que no creyeron, movidos por envidia, tomaron a algunos (a) tipos lascivos de la clase más baja, y reunieron una compañía, y alborotaron a toda la ciudad, y asaltaron la casa de Jasón, y trató de llevarlos a la gente.

(3) Aunque el celo de los infieles parece siempre tan virtuoso, al final se descubre que no tiene ni verdad ni justicia. Sin embargo, los impíos no pueden hacer lo que desean, porque incluso entre ellos Dios despierta a algunos, cuya ayuda usa para la liberación de los suyos.

(a) Ciertos compañeros que no hacen más que caminar por las calles, hombres malvados, para ser contratados por el dinero de cada hombre para hacer cualquier daño, como comúnmente llamamos la chusma y los mismos pozos negros y sinvergüenzas de todos los pueblos y ciudades.

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