[En cuanto a] mi pueblo, (k) los niños [son] sus opresores, y las mujeres los gobiernan. Pueblo mío, los que te guían te hacen errar, y destruyen el camino de tus sendas.

(k) Debido a que los impíos eran más adictos a sus príncipes que a los mandamientos de Dios, él muestra que les daría príncipes tales, por los cuales no tendrían ayuda, pero que serían señales manifiestas de su ira, porque serían tontos y afeminados.

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