Entonces los príncipes dijeron a Baruc: Ve, escóndete tú y Jeremías; y que nadie sepa dónde estáis.

(k) Los que eran piadosos entre los príncipes dieron este consejo por cuyos medios es como si Jeremías fue entregado porque sabían que la ira del rey y de los impíos era tal que no podían escapar sin peligro de sus vidas.

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