(1) Le dijeron entonces sus hermanos: Sal de aquí y vete a Judea, para que también tus discípulos vean las obras que tú haces.

(1) La gracia de Dios no viene por herencia, sino que es un don que viene de otra manera: por eso ocurre que los hijos de Dios a menudo sufren más aflicción de sus propios parientes que de extraños.

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