(10) Y cuando llegó a su país, les enseñó en la sinagoga, de tal manera que se asombraron y dijeron: ¿De dónde tiene éste esta sabiduría y estas maravillas?

(10) Los hombres no solo pecan por ignorancia, sino que también a sabiendas y voluntariamente ponen tropiezos en sus propios caminos, para que cuando Dios los llame, no obedezcan, y así claramente se destruyan y se desechen a sí mismos.

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