Y vinieron a él grandes multitudes, trayendo consigo cojos, ciegos, mudos, mutilados y muchos otros, y los arrojaron a los pies de Jesús; y los sanó:

(h) Cuyos miembros estaban debilitados por la parálisis, o por la naturaleza, pues después se dice que los sanó. Ahora bien, Cristo prefirió sanar de esta manera, que a los miembros que estaban débiles, les devolvió la salud y, sin embargo, podría fácilmente, si hubiera querido, haberles dado manos y pies y otros miembros que les faltaban.

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