(2) Y cuando ores, no seas como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos por los hombres. De cierto os digo que ya tienen su recompensa.

(2) Él reprende dos faltas repugnantes en la oración, la ambición y el balbuceo vanidoso.

Continúa después de la publicidad
Continúa después de la publicidad