Y los príncipes del pueblo habitaban en Jerusalén: el resto del pueblo también echaba suertes, (a) para traer uno de cada diez para habitar en Jerusalén la ciudad santa, y nueve partes [para habitar] en [otras] ciudades.

(a) Debido a que sus enemigos habitaban alrededor de ellos, ellos se encargaron de que pudiera ser reabastecido con hombres, y usaron esta política porque eran pocos los que se ofrecían voluntariamente.

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