Él arrojó sobre ellos el ardor de su ira, ira e indignación y angustia, enviando (d) ángeles malignos [entre ellos].

(d) Llamados así o por el efecto, es decir, de castigar a los malvados, o porque eran espíritus malignos, a quienes Dios permitió que molestaran a los hombres.

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