¿De (1) de dónde [vienen] guerras y peleas entre ustedes? ¿No
vienen de aquí, [aun] de tus concupiscencias que pelean en tus
miembros?
(1) Él presenta el mismo argumento, condenando ciertas otras causas
de guerras y contiendas, es decir, placeres desenfrenados y
concupiscencias incontroladas, por s... [ Seguir leyendo ]
Codiciáis, y no tenéis; matad, y queréis tener, y no podéis
obtener; peleáis y peleáis, pero no tenéis, (2) porque no pedís.
(2) Los reprende por su nombre, a los que no se avergüenzan de hacer
de Dios ministro y ayudador de sus concupiscencias y placeres,
pidiendo cosas que en sí mismas son ilícit... [ Seguir leyendo ]
(3) Adúlteros y adúlteras, ¿no sabéis que la amistad del mundo es
enemistad con Dios? Por tanto, todo aquel que quiera ser amigo del
mundo, es enemigo de Dios.
(3) Otra razón por la que tales deseos y placeres desenfrenados son
absolutamente condenados, es decir, porque el que se entrega al mundo
s... [ Seguir leyendo ]
(4) ¿Pensáis que la Escritura dice en vano: El espíritu que habita
en nosotros codicia la envidia?
(4) La eliminación de una objeción: de hecho, nuestra mente se
precipita hacia estos vicios, pero tanto más debemos prestar
atención a ellos: cuyo cuidado y estudio no será en vano, ya que
Dios resist... [ Seguir leyendo ]
(5) Someteos, pues, a Dios. Resistid al diablo, y huirá de vosotros.
(5) La conclusión: Debemos oponer las virtudes positivas a esos
vicios y, por lo tanto, mientras obedecimos las sugerencias del
diablo, debemos someter nuestra mente a Dios y resistir al diablo con
una esperanza segura y segura de... [ Seguir leyendo ]
(6) Afligíos, y lamentad y llorad; que vuestra risa se convierta en
duelo, y [vuestro] gozo en (a) tristeza.
(6) Continúa en la misma comparación de opuestos, y contrasta esos
gozos profanos con una profunda tristeza mental, y el orgullo y la
arrogancia con santa modestia.
(a) Con esta palabra los... [ Seguir leyendo ]
(7) Hermanos, no habléis mal los unos de los otros. El que habla mal
de su hermano y juzga a su hermano, habla mal de la ley y juzga la
ley; pero si tú juzgas la ley, no eres hacedor de la ley, sino juez.
(7) Él reprende con dureza otra doble travesura del orgullo. La
primera es que los orgullosos... [ Seguir leyendo ]
(8) Vayan ahora, los que decís: Hoy o mañana iremos a una ciudad
así, y permaneceremos allí un año, y compraremos y venderemos, y
obtendremos ganancias.
(8) El otro defecto es este: que los hombres determinan con confianza
estos y aquellos asuntos y negocios, como si cada momento de su vida
no depe... [ Seguir leyendo ]
(9) Por tanto, al que sabe hacer el bien y no lo hace, le es pecado.
(9) La conclusión de todo el tratado anterior. El conocimiento de la
voluntad de Dios no solo no aprovecha en absoluto, a menos que la vida
le deba responder, sino que también hace que los pecados sean mucho
más graves.... [ Seguir leyendo ]