1 Reyes 8:1-66
1 Entonces Salomón congregó en Jerusalén a los ancianos de Israel, a todos los jefes de las tribus y a los jefes de las casas paternas de los hijos de Israel ante el rey Salomón, para hacer subir el arca del pacto del SEÑOR desde la Ciudad de David, que es Sion.
2 Y se congregaron ante el rey Salomón todos los hombres de Israel en la fiesta en el mes de Etanim, que es el mes séptimoc.
3 Fueron todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron el arca.
4 Luego subieron el arca del SEÑOR, el tabernáculo de reunión, y todos los utensilios sagrados que estaban en el tabernáculo; los sacerdotes y los levitas los subieron.
5 El rey Salomón y con él toda la congregación de Israel, que se había reunido junto a él, estaban delante del arca, sacrificando tantas ovejas y vacas que por su gran cantidad no se podían contar ni numerar.
6 Entonces los sacerdotes introdujeron el arca del pacto del SEÑOR en su lugar, en el santuario interior del templo, en el lugar santísimo, debajo de las alas de los querubines.
7 Porque los querubines extendían las alas sobre el lugar del arca, de modo que los querubines cubrían el arca y sus varas por encima.
8 Las varas eran tan largas que los extremos de las varas se podían ver desde el lugar santo, que estaba delante del santuario interior; pero no se podían ver desde afuera. Y allí han quedado hasta el día de hoy.
9 Ninguna cosa había en el arca, excepto las dos tablas de piedra que Moisés había colocado allí en Horeb, donde el SEÑOR hizo pacto con los hijos de Israel, cuando salieron de la tierra de Egipto.
10 Y sucedió que cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó la casa del SEÑOR.
11 Y los sacerdotes no pudieron continuar sirviendo por causa de la nube, porque la gloria del SEÑOR había llenado la casa del SEÑOR.
12 Entonces Salomón dijo: “El SEÑOR ha dicho que él habita en la densa oscuridad.
13 Ciertamente te he edificado una casa sublime, una morada donde habites para siempre”.
14 El rey se volvió y bendijo a toda la congregación de Israel. Y toda la congregación de Israel estaba de pie.
15 Entonces dijo: “Bendito sea el SEÑOR Dios de Israel, quien con su mano ha cumplido lo que con su boca prometió a mi padre David, diciendo:
16 ‘Desde el día en que saqué a mi pueblo Israel de Egipto, no había elegido ninguna ciudad de todas las tribus de Israel para edificar una casa donde estuviera mi nombre. Pero elegí a David para que estuviera al frente de mi pueblo Israel’.
17 “Estuvo en el corazón de mi padre David el anhelo de edificar una casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel.
18 Pero el SEÑOR dijo a mi padre David: ‘Por cuanto ha estado en tu corazón el anhelo de edificar una casa a mi nombre, has hecho bien en tener esto en tu corazón.
19 Sin embargo, tú no edificarás la casa, sino tu hijo que te nacerá, él edificará la casa a mi nombre’.
20 “El SEÑOR ha cumplido su promesa que había hecho, y yo me he levantado en lugar de mi padre David. Me he sentado en el trono de Israel, como el SEÑOR había prometido, y he edificado la casa al nombre del SEÑOR Dios de Israel.
21 Y he dispuesto allí un lugar para el arca, en la cual está el pacto del SEÑOR que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto”.
22 Entonces Salomón se puso de pie delante del altar del SEÑOR, frente a toda la congregación de Israel, y extendió sus manos al cielo.
23 Y dijo: “¡Oh SEÑOR Dios de Israel, no hay Dios como tú ni arriba en los cielos ni abajo en la tierra! Tú guardas el pacto y la misericordia para con tus siervos que caminan delante de ti con todo su corazón.
24 Tú has cumplido con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste. Con tu boca lo prometiste, y con tu mano lo has cumplido, como sucede en este día.
25 Ahora pues, oh SEÑOR Dios de Israel, cumple con tu siervo David, mi padre, lo que le prometiste diciendo: ‘No te faltará delante de mí un hombre que se siente en el trono de Israel, con tal que tus hijos guarden su camino para andar delante de mí, como tú has andado delante de mí’.
26 Ahora pues, oh Dios de Israel, sea confirmada tu palabra que hablaste a tu siervo David, mi padre.
27 “Pero, ¿es verdad que Dios ha de habitar sobre la tierra? He aquí, los cielos y los cielos de los cielos no te pueden contener. ¡Cuánto menos este templo que he edificado!
28 Sin embargo, oh SEÑOR, Dios mío, vuélvete hacia la oración y la plegaria de tu siervo, para oír el clamor y la oración que tu siervo hace hoy delante de ti.
29 Estén abiertos tus ojos de noche y de día hacia este templo, hacia el lugar del cual has dicho: ‘Allí estará mi nombre’, para escuchar la oración que tu siervo haga hacia este lugar.
30 Escucha la plegaria de tu siervo y de tu pueblo Israel, cuando oren hacia este lugar. Escucha tú en el lugar de tu morada, en los cielos; escucha tú y perdona.
31 “Si alguna persona peca contra su prójimo, y este le toma juramento al hacerlo jurar, y él entra bajo juramento ante tu altar en este templo,
32 entonces escucha tú en los cielos y actúa. Juzga a tus siervos condenando al injusto, haciendo recaer su conducta sobre su cabeza y justificando al justo, dándole conforme a su justicia.
33 “Cuando tu pueblo Israel sea derrotado delante del enemigo por haber pecado contra ti, y ellos se vuelvan a ti y confiesen tu nombre, y oren y te supliquen en este templo,
34 entonces escucha tú en los cielos, perdona el pecado de tu pueblo Israel y hazlos volver a la tierra que diste a sus padres.
35 “Cuando los cielos estén cerrados y no haya lluvia, por haber ellos pecado contra ti; si oran hacia este lugar, confiesan tu nombre y se vuelven de su pecado cuando los aflijas,
36 entonces escucha tú en los cielos y perdona el pecado de tus siervos y de tu pueblo Israel. Sí, enséñales el buen camino por el que deben andar y dales lluvia sobre tu tierra, la cual has dado a tu pueblo por heredad.
37 “Cuando en la tierra haya hambre; cuando haya peste; cuando haya tizón, hongo, langosta o pulgón, o cuando su enemigo lo asedie en la tierra de sus ciudades (cualquiera que sea la plaga o la enfermedad),
38 cualquiera que sea la oración o la plegaria que haga algún hombre o todo tu pueblo Israel (cada uno reconociendo la plaga de su corazón y extendiendo sus manos hacia este templo),
39 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada, perdona y actúa. Da a cada uno conforme a todos sus caminos, pues conoces su corazón (porque solo tú conoces el corazón de todo hombre);
40 a fin de que te teman todos los días que vivan sobre la superficie de la tierra que tú has dado a nuestros padres.
41 “Asimismo, cuando el extranjero que no sea de tu pueblo Israel venga de una tierra lejana a causa de tu nombre
42 (porque oirán de tu gran nombre, de tu poderosa mano y de tu brazo extendido), y venga a orar a este templo,
43 entonces escucha tú en los cielos, el lugar de tu morada. Haz conforme a todo aquello por lo cual el extranjero clame a ti, a fin de que todos los pueblos de la tierra conozcan tu nombre, te teman como tu pueblo Israel y sepan que este templo que he edificado es llamado por tu nombre.
44 “Si tu pueblo sale a la batalla contra su enemigo por el camino que los envíes, y ellos oran al SEÑOR en dirección a la ciudad que tú has elegido y a la casa que he edificado a tu nombre,
45 entonces escucha en los cielos su oración y su plegaria, y ampara su causa.
46 “Si pecan contra ti (pues no hay hombre que no peque), y te enojas contra ellos y los entregas ante el enemigo, y estos los llevan como cautivos suyos a la tierra del enemigo, lejana o cercana;
47 si ellos vuelven en sí en la tierra a donde hayan sido llevados cautivos, y se vuelven y te suplican en la tierra de los que los llevaron cautivos, diciendo: ‘Hemos pecado; hemos hecho iniquidad; hemos actuado impíamente’;
48 si en la tierra de sus enemigos, a donde los hayan llevado cautivos, ellos se vuelven a ti con todo su corazón y con toda su alma, y oran a ti en dirección a la tierra que diste a sus padres, a la ciudad que has elegido y al templo que he edificado a tu nombre,
49 entonces escucha en los cielos, el lugar de tu morada, su oración y su plegaria, y ampara su causa.
50 Perdona a tu pueblo que ha pecado contra ti, y todas las transgresiones que han cometido contra ti, y hazlos objeto de misericordia ante los que los han llevado cautivos, para que tengan misericordia de ellos.
51 Porque ellos son tu pueblo y tu heredad que sacaste de Egipto, de en medio del horno de hierro.
52 “Estén abiertos tus ojos a la plegaria de tu siervo y a la plegaria de tu pueblo Israel para escucharlos en todo aquello que te invoquen.
53 Porque tú, oh SEÑOR, los has separado para ti como tu heredad de entre todos los pueblos de la tierra, como lo dijiste por medio de tu siervo Moisés, cuando sacaste a nuestros padres de Egipto”.
54 Y sucedió que cuando Salomón terminó de hacer toda esta oración y plegaria al SEÑOR, se levantó de estar de rodillas delante del altar del SEÑOR, con sus manos extendidas al cielo.
55 Entonces se puso de pie y bendijo en alta voz a toda la congregación de Israel, diciendo:
56 “¡Bendito sea el SEÑOR, que ha dado descanso a su pueblo Israel, conforme a todo lo que él había prometido! No ha fallado ninguna palabra de todas sus buenas promesas que expresó por medio de su siervo Moisés.
57 El SEÑOR nuestro Dios esté con nosotros, como estuvo con nuestros padres; no nos desampare ni nos deje.
58 Incline él nuestro corazón hacia sí, para que andemos en todos sus caminos y guardemos sus mandamientos, sus leyes y sus decretos, que mandó a nuestros padres.
59 Que estas palabras mías, con que he suplicado delante del SEÑOR, estén cerca del SEÑOR nuestro Dios, de día y de noche, para que él ampare la causa de su siervo y la de su pueblo Israel, según la necesidad de cada día;
60 a fin de que todos los pueblos de la tierra sepan que el SEÑOR es Dios y que no hay otro.
61 Sea, pues, íntegro el corazón de ustedes para con el SEÑOR nuestro Dios, a fin de andar en sus leyes y guardar sus mandamientos, como en este día”.
62 Entonces el rey y todo Israel con él ofrecieron sacrificios delante del SEÑOR.
63 Salomón ofreció al SEÑOR, como sacrificios de paz, veintidós mil toros y ciento veinte mil ovejas. Así el rey y todos los hijos de Israel dedicaron la casa del SEÑOR.
64 Aquel mismo día el rey consagró la parte central del atrio que estaba delante de la casa del SEÑOR, pues allí ofreció los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz. Porque el altar de bronce que estaba delante del SEÑOR era demasiado pequeño para contener los holocaustos, las ofrendas vegetales y el sebo de los sacrificios de paz.
65 En aquella ocasión Salomón y todo Israel con él, una gran congregación desde Lebo-hamat hasta el arroyo de Egipto, hicieron fiesta delante del SEÑOR nuestro Dios durante siete días, y otros siete días más, es decir, durante catorce días.
66 Al octavo día despidió al pueblo. Ellos bendijeron al rey y se fueron a sus moradas, alegres y con el corazón gozoso por toda la bondad que el SEÑOR había hecho a su siervo David y a su pueblo Israel.
EL MUEBLE DEL ARCA Y EL TABERNÁCULO
(vs.1-13)
Una vez terminado el templo, quedaba un asunto de importancia. Por lo tanto, para llevar el arca al templo, Salomón reunió a los ancianos de Israel y a los jefes de tribus (v.1). El arca es el símbolo de Cristo como el Sustentador del trono de Dios (el propiciatorio), y ha estado en tiendas durante muchos años, hablando de que Cristo es un peregrino con su pueblo hasta el día en que tomará el trono que le corresponde. en el reino milenario.
Fue en el momento de la Fiesta de los Tabernáculos en el séptimo mes que los sacerdotes llevaron el arca al templo (vs.2-3). Esta fiesta en sí retrata la paz del reino milenario del Señor Jesús. Junto con el arca, todos los muebles del tabernáculo fueron llevados al templo (v. 4). Esto nos enseña que todas las lecciones del tabernáculo están incorporadas a las enseñanzas avanzadas del templo.
No se iba a perder nada. El velo no se menciona aquí, pero 2 Crónicas 3:14 habla de que el velo está hecho de los mismos materiales que el velo del tabernáculo, aunque, por supuesto, el velo del templo sería más grande.
La ocasión de traer el arca al templo es la última vez que leemos sobre el arca en el Antiguo Testamento, excepto en Jeremias 3:16 , "No dirán más, 'el arca del pacto del Señor'. No vendrá a la mente, ni lo recordarán, ni se hará más ". Por lo tanto, el arca, aunque era de gran importancia en Israel cuando se hizo, era solo un símbolo de Cristo, y el símbolo debe desaparecer mientras Aquel de quien habla permanece eternamente en toda la excelencia de Su belleza y gloria.
En ese momento, Salomón, junto con el pueblo, ofreció ovejas y bueyes en cantidades tan grandes que no se pudieron contar (v.5). Esto parece asombroso, pero es típico de la gran obra de gracia que Dios llevará a cabo entre Su pueblo redimido cuando se establezca el reino milenario del Señor Jesús, porque representa el aprecio del pueblo al recordar el gran sacrificio del Señor. Jesús en el Calvario Su alabanza será prácticamente incesante.
Luego, los sacerdotes llevaron el arca al lugar santísimo y la colocaron debajo de las alas de los querubines que estaban grabados en la pared (v.6). Así los querubines, con sus alas, cubrieron con sombra el arca y sus varas (v.7). Los postes fueron colocados permanentemente para ser vistos en el lugar santo como un recordatorio permanente de que el Señor Jesús había sido un peregrino con Su pueblo hasta el día de Su reinado en gloria (v.8).
En ese momento, solo las dos tablas de piedra estaban en el arca (v. 9). El Señor Jesús ha dicho: "Tu ley está en mi corazón" ( Salmo 40:8 ). En su corazón, la ley se guardó con seguridad. La olla de oro con maná y la vara de Aarón que reverdeció se pusieron en el arca como provisión de gracia cuando Israel no cumplió la ley. Pero el Nuevo Pacto ( Jeremias 31:31 ; Jeremias 31:34 ) no tendrá nada que ver con la obediencia o desobediencia de Israel, porque será la obra soberana de Dios para bendecir a Israel. Así, se enfatizará más la provisión para casos de desobediencia, pero la obra soberana de Dios en gracia. En Cristo, Israel verá el pacto perfectamente guardado.
Habiendo puesto el arca en el lugar santísimo, los sacerdotes salieron e inmediatamente la nube de la gloria de Dios llenó la casa del Señor (v.10). Por tanto, Dios estaba indicando Su presencia al aprobar el templo como Su morada entre Israel. En ese momento los sacerdotes no podían ministrar en el templo (v.11). La gloria del Señor era suprema, y entonces la obra del hombre debe cesar.
Sin embargo, las palabras de Salomón confirmaron la verdad de la morada de Dios. Él dijo: "El Señor dijo que Él moraría en la nube oscura. Ciertamente te he construido una casa exaltada, y un lugar para que habites para siempre" (vs.12-13). Qué bueno para nosotros aprender bien la lección de que, dado que Israel todavía estaba bajo la ley, Dios habitaba en una densa oscuridad. Aunque en la misma naturaleza "Dios es luz", Israel no lo vio revelado en luz.
En el Nuevo Testamento se nos dice que "Él está en la luz " ( 1 Juan 1:7 ), porque ahora Él se revela en la persona de Su Hijo. ¡Cuán maravillosa es la diferencia para nosotros!
LA DIRECCIÓN DE SALOMÓN EN ISRAEL
(vs 14-21)
Al dedicar el templo, Salomón se dirigió al pueblo brevemente antes de orar públicamente a Dios. Bendijo al pueblo (v. 14) y le atribuyó a Dios la bendición de cumplir su palabra a David al darle al hijo de David la sabiduría y la capacidad para llevar a cabo la obra de construir el templo (v. 15). Salomón se dio cuenta de que era Dios quien puso en el corazón de David el deseo de construir el templo, pero aunque Dios aprobó el deseo de David, no le permitió hacer esto (vs.15-19), pero le dijo que su hijo haría lo mismo. edificio.
Salomón se complació en reconocer que Dios había prometido y cumplido Su promesa de que Salomón construyera el templo. Salomón no había concebido este proyecto, pero Dios sí, y Salomón simplemente obedeció la Palabra del Señor al construir el templo y así proporcionar un lugar para el arca que contenía el pacto que el Señor había hecho con Israel cuando los sacó de Egipto ( vs.20-21).
ORACIÓN DE SALOMÓN
(contra 22-53)
La oración de Salomón en este momento se cita en su totalidad, porque debía mantenerse siempre en la memoria de Israel. Habló en presencia de toda la asamblea de Israel y se dirigió a Dios llamándolo "el Señor Dios de Israel". Cuánto más completas y preciosas son las oraciones de las epístolas del Nuevo Testamento, como Efesios 1:17 , dirigidas al "Dios de nuestro Señor Jesucristo, Padre de gloria".
"Tal oración va más allá del alcance de una nación, Israel, de modo que centra nuestros pensamientos, no en la bendición de una nación, sino en la única gran fuente de bendición, el Señor Jesucristo.
"Pero", agrega Salomón, "¿Dios de verdad morará en la tierra?" David se dio cuenta de que la morada de Dios en las tinieblas del lugar santo no significaba de ninguna manera que Dios estuviera confinado allí. De hecho, "el cielo y los cielos de los cielos no te pueden contener" (v.27). Dios es infinito (ilimitado) y omnipresente (presente en todas partes), sin embargo, en pura gracia, expresó especialmente el templo como el lugar de Su morada para concentrar los pensamientos de Israel en Él como el Centro de todos los intereses de Israel.
Salomón le ruega a Dios que considere su oración y súplica, que se expresa particularmente en nombre de Israel, cuyos intereses estaban centrados en el templo de Jerusalén (v.28), el lugar en el que Dios había dicho que pondría Su nombre (v.29). ).
Lo primero por lo que ora, tanto para sí mismo como para la gente, es el perdón (v.30). Sabía que no eran dignos de la consideración de Dios y, a menos que Dios los perdonara por su pecado, quedarían desolados. Si uno pecó contra su prójimo y hubo alguna duda sobre el asunto, de modo que el acusado fue puesto bajo juramento con respecto a esta culpa o inocencia, entonces Salomón pide que Dios escuche e intervenga, absolviendo al inocente y condenando al culpable (vs. .31-32). Debido a que las personas pueden ser culpables de jurar en falso, Salomón oró para que Dios interviniera para resolver tales casos.
Salomón no albergaba falsas esperanzas de que Israel nunca sería derrotado por enemigos. Él no dice " si " , sino "cuando tu pueblo es derrotado ante un enemigo porque han pecado contra ti, y se queman ante ti y confiesan tu nombre, y oran y te suplican en este templo" (v. 33). Muchas veces fue cierto que Israel fue derrotado por sus enemigos porque habían pecado contra Dios, por lo que la oración de Salomón es realmente profética. Pidió que Dios escuchara la oración arrepentida de Israel y los restaurara por Su gracia (v.34).
Retener la lluvia sería otra imposición enviada por Dios debido al pecado de Israel. Nuevamente, si esta disciplina resultó en el arrepentimiento de Israel, Salomón oró para que Dios escuchara su oración, perdonara su pecado y enviara lluvia (vs.35-36).
También habría ocasiones de hambruna, pestilencia, plaga o mildiú, infestaciones de langostas o saltamontes. Dios los enviaría para llamar la atención sobre la plaga del pecado en los corazones de las personas (vs.37-38), y si esto producía un juicio propio para que la gente orara hacia el templo, reconociendo la gloria de Dios, entonces Salomón esperaría el Señor, que escuche en el cielo, perdone y actúe con gracia hacia cada individuo al discernir su necesidad (v. 39). Este perdón inculcaría en los corazones un temor sano de Dios (v. 40).
Salomón considera también a un extranjero en su oración. Si el extranjero había venido a Israel por haber oído de la grandeza del Dios de Israel, entonces Salomón lo consideró con derecho a ser escuchado cuando oraba hacia el templo, y pidió que Dios respondiera la oración del extranjero (vs.41-43). .
En los casos en que Israel salió a la batalla y oraron al Señor hacia Jerusalén y el templo, entonces Salomón también le pide al Señor que escuche su oración y mantenga su causa (vs.44-45).
Nuevamente, en el versículo 46, Salomón dice: " Cuando pecan contra ti", no " Si " y Dios con ira los entrega en manos de un enemigo, para que sean llevados cautivos, entonces se arrepienten y suplican al Señor, él pidió que Dios puede escuchar en el cielo y perdonarlos. Esta sección (vs.46-53) tiene relación directa con la condición de Israel en el tiempo presente, habiendo pecado gravemente contra Dios al rechazar a Su amado Hijo, y por lo tanto llevado a otras tierras. Es probable que Salomón no se diera cuenta de que una dispersión duraría siglos, como lo ha hecho.
Un cautiverio de Judá duró 70 años, pero en respuesta a la oración cuando muchos fueron llevados al arrepentimiento, Dios los restauró a su tierra ( 2 Crónicas 36:20 ). Pero su dispersión actual ha durado casi 2000 años, lo que muestra la terquedad del corazón humano, pero Dios todavía obrará en los corazones de al menos un remanente de Israel para hacer que sean quebrantados en arrepentimiento y oren fervientemente por Su restauración. misericordia. Entonces Él responderá conforme a la bondad de Su corazón.
Dios ciertamente les otorgará compasión ante sus enemigos, quienes mostrarán compasión por aquellos a quienes han perseguido previamente. Salomón suplicó a Dios basándose en que los hijos de Israel eran el pueblo de Dios, la herencia de Dios, a quienes había sacado de Egipto (v.51). Aunque los fracasos de Israel fueron grandes, Salomón confiaba en que Dios no los abandonaría. De hecho, los había separado de todos los pueblos de la tierra como Su herencia, y no se permitiría que esta santificación llegara a la nada (v.53). Dios le había hablado de esto a Moisés, y la Palabra de Dios ciertamente se cumplirá.
SALOMÓN BENDICE A ISRAEL
(contra 54-61)
Después de interceder ante Dios, Salomón es libre de bendecir al pueblo, porque su bendición depende de la pura gracia de Dios por la cual Salomón había orado. Habló en voz alta para que la gente escuchara (vs.54-55). Pero comienza por bendecir al Señor que había dado descanso a Israel de todas sus guerras, reconociendo que "no ha fallado ni una palabra de todas las grandes promesas que prometió por medio de su siervo Moisés" (v.56). Qué bueno que a la gente se le recordó la perfecta fidelidad de Dios a Su palabra, y si nosotros también recordamos que Él ha demostrado ser fiel a nosotros en toda nuestra historia en la tierra.
En los versículos 57-58, Salomón expresa el deseo de que el Señor esté con Israel como lo había estado con sus padres, inclinando sus corazones a andar en todos Sus caminos, a guardar Sus mandamientos y Sus estatutos y Sus juicios. También deseaba que el Señor recordara las palabras de la oración de Salomón, que Israel fuera bendecido y que todas las naciones de la tierra tuvieran este testimonio de que el Señor es Dios, el único Dios (vs.59-60).
Concluye su bendición suplicando a Israel que sea leal al Señor Dios, que ande en Sus estatutos y guarde Sus mandamientos. Tales exhortaciones se multiplican a lo largo del Antiguo Testamento, pero no impidieron que Israel desobedeciera. Necesitaban lo que se revela en el Nuevo Testamento: un verdadero conocimiento de Cristo y el valor de Su sacrificio.
LA DEDICACIÓN DEL TEMPLO
(contra 62-66)
La dedicación del templo requería sacrificio, así como cualquier cosa dedicada al Señor debe ir acompañada de sacrificio, como fue cierto incluso en el caso del Señor Jesús cuando fue consagrado a Dios poco después de Su nacimiento ( Lucas 2:22 ). El sacrificio luego habló de Su propio sacrificio, que es infinitamente más valioso que 22.000 toros y 120.000 ovejas.
Se trataba de ofrendas de paz, que hablaban de la comunión entre Dios y el pueblo lograda por el sacrificio de Cristo, dejando despejado el camino para que Dios morara con la humanidad, como lo ilustra el templo. Cuando se ofrecieron, se dedicó la casa (v.63). Al mismo tiempo, Salomón consagró el centro del atrio para la ofrenda de estos sacrificios, porque eran demasiados para ofrecerlos en el altar de cobre.
Después de la dedicación, Salomón celebró una fiesta para la bendición de Israel, aparentemente anunciada durante siete días, pero que aumentó a catorce días. Así, su gozo en este momento fue notablemente sostenido, y cuando el pueblo fue despedido, bendijo al rey y regresó a casa con corazones alegres, agradecidos por la bondad del Señor para con Israel. Este fue el punto culminante del esplendor y la gloria de Israel, porque esa gloria pronto se deterioró y nunca se recuperará hasta que el Señor Jesús tome Su lugar como Rey de Israel, entonces la última gloria de esta casa será mayor que la primera ( Hageo 2:9 ).