La conducta de Mical, al despreciar a David por la parte que desempeñó en esta obra, se nota más plenamente en el relato que se da en el libro de Samuel que aquí en las Crónicas. Por eso, nuevamente le pido al lector que lea ambas narrativas juntas. Sin duda, el Espíritu Santo tenía la intención de que se los considerara así. Es su misericordia bondadosa la que ha proporcionado a la iglesia un volumen tan rico y completo como el que contiene la Biblia.

Y ni una jota o una tilde de él puede ser sin interés, o será encontrado sin importancia, para aquellos que lo lean bajo su enseñanza divina. Juan 16:13 ; 2 Timoteo 3:16

REFLEXIONES

OBSERVE, lector, cómo la gracia había obrado en la mente de David desde la ruptura de Uza. Ya no siente disgusto por Dios. Su disgusto es consigo mismo. Confiesa que nuestro Dios nos abrió una brecha, porque no lo buscamos siguiendo el orden debido. Ahora se dispone a preparar un lugar para el arca de Dios, antes de presumir de llevarla a casa. ¡Mi hermano! dependa de ella, la gracia siempre inducirá tales efectos.

Para justificar al Señor en todos los mandatos del Señor: Has hecho bien; y hemos hecho locura. Y no solo para justificar, sino para aprobar: puede ser doloroso, puede ser irritante para la carne y la sangre; pero es el Señor quien nombra, y por lo tanto debe ser correcto. Y más aún, adherirse a Dios como un amigo, aunque sus ceños fruncidos parezcan un enemigo: besar la mano que golpea, y creer y estar perfectamente satisfecho, que mientras el Señor ejerce la autoridad de un soberano, nunca pierde. Vista del Padre y del amigo: Jesús, el Hijo de su amor, aún vive, y su justicia del pacto todavía aboga.

Jesús es y seguirá siendo Jesús; esta es la fe, porque esta da gloria a su santo nombre. Y así fue preparado David para la recepción del arca, y así con fe y santo gozo la llevó a casa, y el Señor lo bendijo a él ya Israel en el servicio.

¡Lector! aprendamos de ahí las muchas cosas dulces que contiene. ¡Oh Jesús! Danos la gracia de prepararte un lugar, incluso el mejor lugar en nuestros afectos, el lugar principal y completo en nuestro corazón. ¡Señor Jesús, ocupa y llena todo! Luego, bajo la influencia de tu dulce Espíritu, saldremos a encontrarte, a recibirte, a abrazarte y a llevarte a casa con santos transportes de gozo, aunque todos los Mical de la hora presente desprecien: que desprecien, entonces sonríes.

Como la iglesia, cuando haya encontrado a aquel a quien ama mi alma, te abrazaré y no te dejaré ir, hasta que te haya traído a la casa de mi padre ya la cámara de la que me concibió; porque allí me mostrarás tus amores.

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