(6) Y envió David a Joab, diciendo: Envíame a Urías el hitita. Y Joab envió a Urías a David. (7) Y cuando Urías llegó a él, David le preguntó cómo le había ido a Joab, cómo le había ido al pueblo y cómo había prosperado la guerra. (8) Y David dijo a Urías: Desciende a tu casa y lava tus pies. Y salió Urías de la casa del rey, y le siguió un plato de carne del rey.

Observa el progreso de la iniquidad. Este llamar a Urías a casa fue para ocultar la infamia de David, así como la de Betsabé; ideando que el hecho de que Urías durmiera en casa ocultara su crimen al hacer creer a todos que Urías era el padre del niño. Y observe, con qué pretensión plausible, bajo el color del respeto por el éxito de sus brazos, David llamó al pobre esposo para responder a este objeto. Y para lograrlo aún más, así como para mostrar el gran respeto que tenía por Urías, se le envíe un banquete para su refrigerio.

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