(30) Y aconteció que mientras iban por el camino, llegaron noticias a David, diciendo: Absalón ha matado a todos los hijos del rey, y no queda uno de ellos. 31) Entonces el rey se levantó, rasgó sus vestidos y se echó en tierra; y todos sus siervos estaban allí con sus vestidos rasgados.

¡Lector! Observa la mano del Señor en esta angustia de David. Así, como el primero, el mal se levantó, como el Señor había dicho, de su propia casa.

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