(31) En cuanto a Dios, su camino es perfecto; La palabra del SEÑOR es probada: adarga es a todos los que en él confían. (32) Porque ¿quién es Dios sino el SEÑOR? ¿Y quién es la roca, salvo nuestro Dios? (33) Dios es mi fuerza y ​​mi poder, y él hace perfecto mi camino. (34) Pone mis pies como pies de cierva, y me sienta sobre mis alturas. (35) Él enseña mis manos a la guerra; de modo que mis brazos rompen un arco de acero.

(36) Me diste también el escudo de tu salvación, y tu benignidad me engrandeció. (37) Ensanchaste mis pasos debajo de mí; para que mis pies no resbalen. (38) Perseguí a mis enemigos y los destruí; y no me volví hasta que los hube consumido. (39) Y los consumí, y los herí, y no pudieron levantarse; sí, cayeron debajo de mis pies. (40) Porque me has ceñido de fuerzas para la batalla; a los que se levantaron contra mí has ​​subyugado debajo de mí.

(41) También me diste el cuello de mis enemigos, para que yo destruyera a los que me aborrecen. (42) Miraron, pero no hubo quien salvar; incluso al SEÑOR, pero él no les respondió. (43) Entonces los golpeé tan pequeños como el polvo de la tierra, los pisé como el lodo de la calle y los esparcí. (44) Tú también me has librado de las contiendas de mi pueblo, me has guardado para ser cabeza de las naciones: un pueblo que no conocía me servirá. (45) Los extraños se someterán a mí; tan pronto como oigan, me obedecerán. (46) Los extraños desaparecerán, y temerán fuera de sus recintos cercanos.

Le ruego al Lector que, al leer estos versículos, mantenga su ojo cerca de las misericordias descritas, y su corazón más cerca aún de la visión de David refiriéndose todo a la voluntad, soberanía y bondad de DIOS. Piensa en gran medida en lo que el SEÑOR le había permitido hacer y en lo que el SEÑOR había hecho por él. Pero él se detiene mucho más en el Señor mismo. Grandes cosas habla de las liberaciones del SEÑOR para él; pero mayores cosas de Dios mismo, el DIOS de su salvación.

¡Lector! No te olvides de esto. El SEÑOR DIOS, en compromisos de pacto, siempre está haciendo grandes cosas por su pueblo. Pero todo esto está diseñado para mostrarnos cuán infinitamente más precioso es el Señor mismo. Los hombres carnales a veces hablarán de las obras de DIOS, porque sus providencias son tan claras y sorprendentes que los obligan a hacerlo. Pero los hombres bondadosos cantan del mismo DIOS. Podemos tener otras bendiciones de nuestro DIOS y más regalos de su mano; pero nunca podremos tener otro JESÚS. CRISTO es todo y en todos.

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