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Tenemos aquí una visión más hermosa de Cristo, como un Cordero de
pie en el monte Sion, su Iglesia, y con él una Compañía bendita de
sus Redimidos. Se ve a un ángel volando en medio del cielo. Se
escucha a otro que declara la caída de Babilonia. Aquí está la
cosecha de la tierra, y la ven... [ Seguir leyendo ]
(1) Y miré, y he aquí, un Cordero estaba en el monte de Sion, y con
él ciento cuarenta y cuatro mil, que tenían el nombre de su Padre
escrito en la frente. (2) Y oí una voz del cielo, como el estruendo
de muchas aguas, y como el estruendo de un gran trueno; y oí la voz
de los arpistas que tocaban co... [ Seguir leyendo ]
(6) Y vi a otro ángel volar por en medio del cielo, con el evangelio
eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación,
tribu, lengua y pueblo, (7) diciendo en voz alta voz: Teme a Dios y
dale gloria; porque ha llegado la hora de su juicio; adorad al que
hizo los cielos y la tierra,... [ Seguir leyendo ]
Y otro ángel le siguió, diciendo: Ha caído, ha caído Babilonia,
esa gran ciudad, porque ha dado a beber a todas las naciones del vino
del furor de su fornicación.
Aquí está la segunda Embajada, y llega a un período aún más
remoto, mirando de hecho hacia aquellos tiempos, cuando la herejía de
Occide... [ Seguir leyendo ]
(9) Y el tercer ángel los siguió, diciendo a gran voz: Si alguno
adora a la bestia y a su imagen, y recibe la marca en su frente o en
su mano, (10) Este beberá del vino de la ira de Dios, que es
derramada sin mezcla en el cáliz de su indignación; y será
atormentado con fuego y azufre en presencia de... [ Seguir leyendo ]
Y oí una voz del cielo que me decía: Escribe: Bienaventurados los
muertos que de aquí en adelante mueren en el Señor. Sí, dice el
Espíritu, para que descansen de sus trabajos; y sus obras los siguen.
Desearía permiso para considerar este versículo por sí mismo, por
la bendición y dulzura de él. No... [ Seguir leyendo ]
(14) Y miré, y he aquí una nube blanca, y sobre la nube uno estaba
sentado como el Hijo del Hombre, que tenía en su cabeza una corona de
oro y en su mano una hoz afilada. (15) Y otro ángel salió del
templo, clamando a gran voz al que estaba sentado sobre la nube: Mete
tu hoz y siega; porque ha llega... [ Seguir leyendo ]