CONTENIDO
El Capítulo se abre dando el título del libro. La Iglesia aborda
entonces el tema expresando su amor a Cristo y deseando nuevas
manifestaciones de su afecto por ella. Ella compara su amor con la
fragancia del ungüento más rico. Ella reza para ser atraída por él
y profesa que está dispuest... [ Seguir leyendo ]
Que me bese con los besos de su boca, porque mejores son tus amores
que el vino.
Así se abre el canto: y no hay duda en descubrir al cantor, a saber,
la Iglesia. Es ella quien lo inicia. ¡Pero lector! No imaginéis, que
porque la Iglesia abre este Cantar, que por ello se supone que el amor
íntimo em... [ Seguir leyendo ]
Por el olor de tus buenos ungüentos, tu nombre es como ungüento
derramado; por tanto, las vírgenes te aman.
Es la Iglesia la que aquí se dirige a Jesús. Y la esencia de lo que
contiene este versículo parece ser que hay en su estima tanta
fragancia y preciosidad en el mismo nombre de su Señor, que,... [ Seguir leyendo ]
Llévame, correremos tras de ti; el rey me ha traído a sus aposentos;
nos alegraremos y nos regocijaremos en ti, nos acordaremos de tus
amores más que del vino: los rectos te amarán.
La Iglesia continúa en su discurso en este versículo: y su
dirección sigue siendo para él, cuyo nombre es como ungüen... [ Seguir leyendo ]
Soy negra, pero hermosa, oh hijas de Jerusalén, como las tiendas de
Cedar, como las cortinas de Salomón.
Hay una gran belleza en este versículo, considerando la visión que
la Iglesia tenía de sí misma como realmente era en sí misma, y
como realmente estaba en Cristo, y como se veía en él. Y creo... [ Seguir leyendo ]
No me mires, porque soy negro, porque el sol me ha mirado: los hijos
de mi madre se enojaron conmigo; me pusieron por guardián de las
viñas; pero no guardé mi viña.
Si, como algunos han pensado, aquí se hace referencia particular a la
Iglesia gentil, que, convertida del paganismo y la idolatría, al... [ Seguir leyendo ]
Dime, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde haces
descansar tu rebaño al mediodía; porque ¿por qué he de ser yo como
el que se aparta de los rebaños de tus compañeros?
Hay una gran belleza en este versículo. La Iglesia había estado
hablando en el precedente a las hijas de Jerusalén. Aho... [ Seguir leyendo ]
Si no lo sabes, oh hermosa entre las mujeres, sigue tu camino
siguiendo los pasos del rebaño, y apacienta tus cabritos junto a las
tiendas de los pastores.
Algunos han pensado que esta respuesta la dan las vírgenes o las
hijas de Jerusalén; pero, sin mencionar que es un poco improbable,
que los jóv... [ Seguir leyendo ]
Te he comparado, oh amada mía, con una compañía de caballos en los
carros de Faraón.
Ruego al lector que tenga especial cuidado en sus observaciones sobre
las muy tiernas denominaciones que se intercambian entre Jesús y su
Iglesia. De hecho, es una de las características más distintivas de
este del... [ Seguir leyendo ]
Tus mejillas son hermosas con hileras de joyas, tu cuello con cadenas
de oro.
El Novio sigue alabando la belleza y la hermosura de su novia tal como
apareció en sus ojos. Porque, a pesar de la conciencia que ella
tenía de su propia negrura y deformidad, sin embargo, a él le
parecía sumamente encant... [ Seguir leyendo ]
Te haremos bordes de oro con tachuelas de plata.
Deseo que el lector me comente la alteración que se hace aquí en el
idioma del hablante. Todo lo anterior lo entrega una persona y está
en singular. Pero aquí, es como si hubiera más de uno, y está en
plural. ¿Y qué puede significar esto, sino que Je... [ Seguir leyendo ]
Mientras el rey se sienta a su mesa, mi nardo envía su olor.
En este verso, la Iglesia retoma la conversación. Y como su esposo
había hablado con tanta amabilidad de ella, ahora estalla en elogios
hacia él, su belleza y condescendencia. Por el Rey, no puede haber
duda de a quién se refiere; no podí... [ Seguir leyendo ]
Un manojo de mirra es mi amado para mí; se acostará toda la noche
entre mis pechos. (14) Mi amado es para mí como un racimo de campiña
en los viñedos de Engedi.
Traigo estos dos versículos a una sola vista, con el fin de hacer una
respuesta de observación para ambos. Un manojo de mirra y un racimo... [ Seguir leyendo ]
He aquí, eres hermosa, amor mío; he aquí, eres hermosa; tienes ojos
de paloma. (16) He aquí tú, amada mía, hermosa, sí, agradable;
también verde es nuestro lecho.
Incluyo en una lectura estos versículos, porque la belleza de ellos
está en mi aprensión, aumentada al ser leídos juntos. Las primeras
l... [ Seguir leyendo ]
Las vigas de nuestra casa son de cedro, y nuestras vigas de abeto.
El mismo pensamiento se persigue en este versículo, como en el
primero. Se dice que la casa es propiedad conjunta de ellos; y sus
partes se describen con imágenes adaptadas al estilo oriental, de los
mejores y más duraderos material... [ Seguir leyendo ]