Fuente de huertos, pozo de aguas vivas y arroyos del Líbano.

Aquí parecería que la Iglesia retoma el discurso, y habiendo escuchado a su Señor extenderse así sobre las gracias, que bien sabía que si las disfrutaba las tenía todas y todas de él, estalla en el más alto elogio de su Señor. Fuente de huertos: Pozo de aguas vivas; y arroyos del Líbano, es mi amado. Es como si hubiera dicho, ¿soy un jardín? Entonces, Señor, ¿eres tú quien me ha hecho así? ¿Estoy encerrado? ¡Sí! Tu gracia distintiva me ha encerrado.

¿Soy un manantial? ¡Si señor! porque tú eres la fuente de todos los jardines; un pozo de aguas vivas, porque yo vivo por ti y en ti y todos mis refrigerios son de ti, como los arroyos del Líbano. ¡Lector! es bendecido mientras disfrutamos de nuestras misericordias disfrutar aún más del autor de ellas; y mientras tengamos todas las cosas de Cristo, sentir la bienaventuranza de todas las cosas en Cristo. Jesús es en verdad la fuente de todo, la fuente de todo y el fin de todo.

Y como el pozo y el pozo de aguas vivas, en su Deidad y en su plenitud mediadora, él es todo en todos. ¡Oh! por la gracia de poder comprender, con todos los santos, cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura; y conocer el amor de Cristo, que sobrepasa todo conocimiento, para que seamos llenos de toda la plenitud de Dios. Efesios 3:18 .

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