CONTENIDO
Aquí está el mismo tema tratado a lo largo de la mayor parte de este
capítulo como el primero, a saber, la belleza de la iglesia como a
los ojos de su esposo. Hacia el final, la iglesia profesa humildemente
su esperanza y fe en Jesús.... [ Seguir leyendo ]
¡Cuán hermosos son tus pies con zapatos, oh hija del príncipe! Las
articulaciones de tus muslos son como joyas, Obra de manos de hábil
trabajador. (2) Tu ombligo es como una copa redonda, que no necesita
licor; tu vientre es como un montón de trigo rodeado de lirios. (3)
Tus dos pechos son como dos... [ Seguir leyendo ]
¡Cuán hermosa y cuán agradable eres, oh amor, por los placeres! (7)
Esta tu estatura es como una palmera, y tus pechos como racimos de
uvas. (8) Dije: Subiré a la palmera, agarraré sus ramas; ahora
también tus pechos serán como racimos de vid, y el olor de tu nariz
como manzanas; (9) Y el paladar co... [ Seguir leyendo ]
Yo soy de mi amado y su deseo es para conmigo.
Aquí tenemos, una vez más, la iglesia regocijándose; en la
conciencia de que ella es propiedad de Jesús. Y aquí agrega una
consideración deliciosa a esa conciencia, que el deseo de su Señor
es hacia ella. Y de hecho, de todos los temas de la redención,... [ Seguir leyendo ]
Ven, amado mío, salgamos al campo; alojemos en las aldeas. (12)
Levantémonos temprano a los viñedos; veamos si florece la vid, si
aparece la uva tierna, y brotan los granadas: allí te daré mis
amores.
La iglesia está siguiendo la dulce verdad que había entregado en el
versículo anterior, al present... [ Seguir leyendo ]
Las mandrágoras huelen, y a nuestras puertas hay todo tipo de frutos
agradables, nuevos y viejos, que he guardado para ti, oh amado mío.
Las mandrágoras de las que leímos en las primeras edades de la
iglesia, debería parecer un fruto muy deseado. Con el presente de
algunos, Lea compró la compañía d... [ Seguir leyendo ]