CONTENIDO

En la continuación del Sermón de Moisés, el hombre de DIOS, en este capítulo, hace una hermosa digresión al quejarse, como en el capítulo anterior, de la rebelión de Israel, para destacar en este los ejemplos inmerecidos de la misericordia del Señor. Señala algunas evidencias de ello al restaurar las tablas; continuar el sacerdocio; separando la tribu de Leví; y en cuanto a la intercesión de Moisés por ellos. De todas estas cosas, aprovecha la ocasión al final del capítulo para exhortarlos a la obediencia.

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