REFLEXIONES

¡Mi alma! Mira a qué tentaciones estás expuesto, no solo de falsos profetas y falsos maestros, sino también de falsos amigos y parientes. ¡Cómo ha cegado el Dios de esta palabra la mente de los hombres y los ha llevado a sus intereses! ¡Cómo trabaja todavía en los hijos de desobediencia ese príncipe de la potestad del aire, como lo llama el apóstol! ¡Y cómo los gobierna, dirige e influye en ellos, con sus insinuaciones secretas, para deshonrar a DIOS ellos mismos e incitar a otros con su consejo y ejemplo! ¿No son los espíritus malignos y los hombres malos de toda descripción y carácter sus ministros? ¿Y qué son todos esos actos de hombres que contemplamos suceder en la vida, en clubes de borrachos, pasatiempos desenfrenados, juergas, banquetes, intérpretes de sueños, adivinación y cosas por el estilo, sino tantos sábados suyos,

"¡Alma mía! No entres en su secreto; a su asamblea, mi honor no esté unido". ¡Pero querido SEÑOR! Ármame con tu gracia y el poder de tu ESPÍRITU SANTO, para que pueda huir de la idolatría y ser hallado entre el número de los fieles, uniéndome a ti, oh SEÑOR, con pleno propósito de corazón.

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