REFLEXIONES

¡LECTOR! Todo este Capítulo conduce a muchas reflexiones importantes, y si se sigue hasta la fuente de donde fluyen todas las bendiciones, y en la que todas terminan; encontraremos que el Predicador, desde la vacuidad de las criaturas, está aquí exponiendo la plenitud del Creador; y en la naturaleza insatisfactoria de todo lo que proviene de Cristo, está proclamando la necesidad de Cristo de dar verdadero consuelo al alma.

¿Dice él que las moscas de la muerte están en los más ricos ungüentos de creación de criaturas? ¿Y qué es esto, sino mostrar que toda fragancia está en Jesús? ¿Afirma él que nuestras comodidades y nuestra sabiduría son como el corazón del necio, al lado izquierdo? ¡Y qué implica esto, sino que en Jesús solo se encuentran bendiciones para los diestros! Hasta que encontremos a Cristo, quien es el único que puede hacernos heredar la sustancia, no importa qué más, además de heredar, porque todos por igual son huecos e insustanciales.

¡Precioso Señor Jesús! Haz que nuestras almas te hereden así, porque como una cadena de oro, si así se une a ti, en ti heredaremos todas las cosas. Así dice tu Apóstol, y la experiencia de tu pueblo en todos los tiempos lo confirma. Todos son nuestros, ya sea de vida o de muerte; o cosas presentes, o cosas por venir; todos son nuestros, si somos de Cristo, porque de Cristo es de Dios.

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