Ve, come tu pan con alegría y bebe tu vino con alegría de corazón; porque Dios ahora acepta tus obras.

Hay una gran belleza en este verso; si se explica sobre los principios del Evangelio. Si un alma es aceptada en Jesús, bien puede comer el pan tanto en cuerpo como en alma, con un corazón alegre. En Jesús todo es bienaventurado: y Jesús todo lo bendice.

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