Sin duda, la mano del Señor estaba sobre ellos, y con ellos, de modo que la gracia triunfó sobre la naturaleza, de modo que todo el pueblo, como el corazón de un solo hombre, consintió la cosa. ¡Oh! Cuán delicioso es cuando la gracia entra en el corazón y el alma se derrite ante Dios como consecuencia de ella.

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