(4) Entonces el rey extendió el cetro de oro hacia Ester. Entonces Ester se levantó y se presentó ante el rey,

Es delicioso ver cómo el Señor dirigió la mente del rey. Pero ¡oh! ¡Qué importa la ternura de nuestro glorioso Rey, que eternamente extiende el cetro de su gracia a todos sus solicitantes!

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