Hawker's Poor man's comentario
Ezequiel 23:1-35
El lector entrará en las bellezas de este capítulo, y también en el diseño del mismo, si toma consigo la consideración durante todo el tiempo que lo lee, de que todo el alcance del capítulo es exponer la maravillosa bajeza y estupidez. del Israel del Señor al cometer fornicación contra el Señor. Espero que el Lector no necesite que se le recuerde que el Señor todo el tiempo, y en cada parte de su bendita escritura, está expresando continuamente su apego a Israel, bajo la figura del estado matrimonial.
Y mientras consideramos esa dulce unión de nuestra naturaleza con la persona de Cristo el Hijo de Dios, parecerá que nada puede ser más justo y apropiado. Ahora bien, cuando el Hijo de Dios por la asunción de nuestra naturaleza, se vuelve uno con su pueblo, para que su Iglesia cometa fornicación con cepos y piedras, y establezca dioses de estercolero, cuando se ponga en relación de pacto con el Señor de la vida y gloria; Seguramente tal conducta vil, inútil y carente de principios, no podría menos que ser manifiestamente ofensiva para el Señor Dios.
Y en consecuencia encontramos, no solo en este Capítulo, sino en los escritos de otros Profetas, con qué indignación habla el Señor de él. Véase Oseas 1:1 ; Oseas 2:1 ; Oseas 3:1 todas partes, Jeremias 2:1 ; Jeremias 3:1 etc.
Espero que el lector no deje de seguir la doctrina en relación con la Iglesia del Evangelio en la hora actual. ¿No es acaso todo el que se llama a sí mismo un alma verdaderamente convertida a Dios en Cristo, en la actualidad de la Iglesia, en mayor o menor grado, culpable de la misma fornicación espiritual, es decir, de no vivir enteramente para el Señor, en descansar enteramente? para salvación por los méritos, la sangre y la justicia del Señor Jesucristo? Mezclar cualquier cosa con esto, o estar mirando a cualquier objeto en un camino de salvación que no sea Cristo, es en el lenguaje de este Capítulo, estar adorando a nuestros amantes, cuya carne es la carne de asnos, y cuyo resultado es como el cuestión de los caballos: ninguno de los cuales puede sacar provecho o traer ventaja. ¡El Señor librará a todos sus redimidos de tan terrible engaño!