REFLEXIONES

¡LECTOR! por un momento coloquémonos en la situación del Profeta, y supongamos, para la gloria del Señor y la instrucción de su Iglesia, tal brecha se abrió en nuestras comodidades domésticas, como la de Ezequiel por la muerte: ¿cómo deberíamos comportarnos tú o yo? ? ¡Pobre de mí! Me temo que, a menos que un grado completo de fe y gracia acompañase a la providencia en duelo, el comportamiento de Ezequiel mortificaría el nuestro. Y, sin embargo, el Profeta vivió bajo una dispensación de la Iglesia, mucho menos bendecido con ventajas de las que usted o yo somos bendecidos.

Es muy bendecido cuando los creyentes pueden estar de acuerdo, sí, más que estar de acuerdo con los nombramientos del Señor; y puedo aprobarlos, e incluso regocijarme en ellos, Desnudo, dijo uno de los viejos, (y debe haber estado en un estado de ánimo bendecido cuando lo dijo), desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allí. : Jehová dio y Jehová quitó, y sea el nombre de Jehová bendito. ¡Precioso Jesús! Dale tanto al escritor como al lector, (porque el don es totalmente tuyo para otorgarlo), gracia para cada ejercicio y para cada prueba.

Y a cualquier cosa que te plazca llamarnos en tu providencia, danos estados de ánimo adecuados por tu gracia. Que, bajo tu bendita enseñanza, tengamos siempre la misma opinión de ti y de tu amor hacia nosotros, sean cuales sean las circunstancias externas o internas que puedan surgir en tus nombramientos. Señor, danos para escuchar tu bendita voz en cada dispensación, como a tu siervo el Profeta; Sé los pensamientos que pienso hacia ti, dice el Señor; pensamientos de paz y no de maldad, para darte un final esperado.

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