EL PROFETA EZEQUIEL
OBSERVACIONES GENERALES.
AÚN prosiguiendo el tema de la profecía, entramos ahora en la escritura inspirada escrita por Ezequiel. Este Libro de Dios sigue muy apropiadamente al de Jeremías, en que, como Jeremías predijo el cautiverio de la Iglesia: Ezequiel se convierte en una confirmación de ello, al fechar su profecía entre los cautivos en Babilonia.
El autor toma su nombre de una palabra hebrea, de significado sorprendente, es decir, que fue sostenido o fortalecido por el Señor. La carga de los escritos de Ezequiel es principalmente de eventos que deben cumplirse en la Iglesia; y sus Sermones, que pronunció a la gente, son muchos de ellos registrados con sus profecías. Muchas de las predicciones que pronunció, se cumplieron después del regreso de la Iglesia del cautiverio; y algunas quedan hasta esta hora por cumplirse; y quizás algunas ahora se estén cumpliendo en la tierra.
El tiempo del ministerio de Ezequiel es fácil de recopilar, calculando la duración de los setenta años de cautiverio. Ezequiel comenzó a ser favorecido con visiones del Señor, alrededor del año treinta (que fue el quinto año del cautiverio) de Joacim; y su profecía duró cerca de veintitrés años; de modo que no es un asunto difícil de arreglar, la era del ministerio de Ezequiel. Pero no nos resulta tan fácil desentrañar y explicar el gran alcance y tendencia de sus profecías.
Hay en él muchas cosas oscuras, misteriosas y profundas de Dios. Algunos, de hecho, han sido explicados con tanta bendición, cuando se cumplieron en sus eventos correspondientes, que han despertado la admiración, el amor y la alabanza de los fieles al Señor Dios de los Profetas, por dar a la Iglesia tales muestras de su favor, en velando por sus intereses en esos períodos. Y estos que quedan por cumplir, sin duda, en la temporada debida conducirán al mismo final.
Se descubre que cada parte de la profecía, cuando se cumple, ha estado apuntando a Aquel de quien escribieron Moisés y los Profetas. Y mientras tanto, sirven por su oscuridad, para llamar la atención y para ejercitar la fe de la Iglesia, a la espera de su realización. Y como mucho de Jesús está en los escritos de estos santos hombres; sí, como el conjunto no tiene un objeto finalmente considerado, sino el sostenerlo a Él: así es para el gozo inefable de la Iglesia, cuando a través de la enseñanza de Dios el Espíritu Santo, los creyentes son inducidos a descubrir que a Él le dan todo los profetas dan testimonio de que por su nombre, todo aquel que en él crea, recibirá remisión de los pecados.
Ruego al lector, antes de que entre en este precioso libro de Dios, que doble la rodilla del corazón en oración conmigo, para que Él, quien dirigió la pluma del Profeta, pueda influir en el corazón del lector para que aprecie correctamente a los grandes. verdades contenidas en él. Y como el Espíritu Santo ha enseñado a entender a la Iglesia, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada; estará siempre al acecho de las orientaciones divinas del mismo Autor Todopoderoso de su Sagrada Palabra, en el descubrimiento del Señor Jesús. Y teniendo una palabra profética tan segura, podrá prestarle atención, como a una luz que brilla en un lugar oscuro, hasta que el día amanezca, y la estrella del día se levantará en su corazón. Amén.