CONTENIDO.

Se vuelve a asumir la historia del patriarca Abram. En su viaje (pues todavía se encuentra en estado de peregrinaje) se dirige hacia el Sur. En Gerar, donde residió, Abimelec, el rey del lugar, vio la hermosura de Sara, esposa de Abraham; y, como consecuencia de ello, es llevada a la casa del Rey. Dios, por el ministerio de un sueño, refrena a Abimelec de sus malos designios. Abimelec es informado de la relación entre Abraham y Sara; reprende a Abraham, por no informarle él mismo de ello; y lo despide de él, con su esposa y todo lo que tenía. Tras la oración de Abraham, Dios quita la aflicción de Abimelec y su familia.

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