CONTENIDO

Este Capítulo nos abre el comienzo del relato del nuevo mundo, después de la destrucción del viejo; de modo que aquí comenzamos, de nuevo, por así decirlo, la historia de la humanidad, en general, y de la Iglesia de Dios en particular. En el contenido de este capítulo, estamos muy interesados; no solo porque nos relata la bondad de Dios, como una forma de providencia para el mundo en general; sino porque tenemos en él los contornos de la misericordia divina, en el camino de la gracia, confirmada de nuevo por compromisos del pacto, para Noé y sus descendientes, hasta las últimas generaciones.

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