REFLEXIONES

¡LECTOR! ¿Te sorprende la idea de que el Profeta se convierta en un tipo, así como en un predicador y un profeta en la iglesia del Señor? y sin duda en los tres años andar por las calles del pueblo, hecho con ello el canto del borracho, y el deporte y la burla de los profanos; ¿Y no te llevará a contemplarlo en su inigualable humildad y mansedumbre de porte, quien, aunque Señor de vida y gloria, recorría las calles de Jerusalén, con el atuendo de un judío pobre, despreciado y rechazado por los hombres, un hombre? de dolores y familiarizado con el dolor? ¡Precioso Jesús! ¿Cómo se hundieron en la nada todos tus siervos comparados contigo? ¡preeminente en humildad, como preeminente en naturaleza, oficina y carácter! Tú eras en verdad la suma y la sustancia de todo tipo; y el gran fin y propósito del sacrificio, la profecía y la ordenanza.

¡Con qué celo incansable por el honor de tu Padre, y con amor inquebrantable por la salvación de tu iglesia, soportaste tal contradicción de los pecadores contra ti mismo! ¿Y cómo, cuando te insultaron, no volviste a insultar, sino que te encomendaste al que juzga con justicia? ¡Cordero de Dios! Mantén fijos en ti los ojos de tus redimidos; y que en cada ejercicio de la vida, tus siervos oigan la dulce voz de consolación, que surge de tu brillante ejemplo, perfeccionado a través del sufrimiento: Mira, y mira, si hay algún dolor como el mío que me ha sido infligido, con el cual Jehová me ha afligido en el día del ardor de su ira.

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