Parecería que Ebed-melec, a pesar de su osadía en la causa de Jeremías, (véase Jeremias 38:7 ) era tímido con respecto a los juicios amenazados de Dios sobre Jerusalén. El Señor tiene especial respeto por las mentes temerosas de sus pequeños. Su gracia será suficiente para ellos; y su fuerza será conforme a la debilidad de ellos. Es una bendición saber esto; y doblemente bendecido por confiar en él en Cristo.

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