¡Lector! observe la gracia de Dios. Y recuerde, que desde las primeras amenazas, tal fue el lenguaje uniforme que usó el Señor. Y si Sedequías lo hubiera escuchado, ¿qué calamidades se habrían evitado? Pero, lector, no pase por alto también el interés personal que tenemos, en la hora actual, por las mismas verdades. Si los pecadores miran fijamente a Jesús, y confían en su justicia, y permanecen en ella, sin tener en cuenta la justicia de la criatura, su salvación también estaría cerca. Pero si hacemos de las cañas de Egipto nuestra confianza, en lugar de la Roca de las Edades, ¿qué es esto sino la misma conducta que Johanán y el pueblo con él?

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