Quien debe admirar y adorar la bondad y la misericordia del Señor en este perdón a Nínive. El cambio aquí mencionado no está en la mente del Señor, sino en la providencia del Señor. Lo que se dice a través de todas las Escrituras sobre el arrepentimiento del Señor de lo que dijo antes que haría, y no lo hace, tiene la intención de mostrar el cambio que su gracia obró en el hombre, y no menos importante, el cambio en sí mismo. Vea esta doctrina más detalladamente explicada en mi Comentario sobre Génesis 6:6 y Jeremias 18:7

REFLEXIONES

¡LECTOR! marca conmigo las maravillosas propiedades de la gracia, tanto en el corazón del Profeta como en el de la gente. ¡Vea el cambio en Jonás! he aquí el cambio en los ninivitas. ¿Qué no puede Dios lograr cuando por el acto soberano de su amor inclina el corazón del pecador y hace retroceder toda la marea de los afectos?

Pero aquí, lector, como en todos los demás casos, no olvide contemplar la causa bendita en la provisión hecha para el Profeta, el Sacerdote y el Pueblo, en la persona y por el único sacrificio suficiente del Cordero inmolado antes del fundación del mundo. A esto, y solo a esto, Dios tiene respeto en todas sus dispensaciones, tanto en la providencia como en la gracia. Es por amor de Jesús que el pecado es perdonado, y el pecador es perdonado y recibido en favor. Cristo es tanto el propiciatorio como la propiciación; y tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.

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