La particularidad de la suerte de Judá en la declaración de sus límites, hace innecesario explicarlo con un comentario. Si al lector le gusta rastrear la situación geográfica de la provincia de Judá, aquí hay un amplio espacio que le queda para ese propósito. Solo deseo que mientras hace esto, no pase por alto las diversas cosas espirituales a cuya contemplación conduce. Como nuestro Señor después de que la carne brotó de Judá, encontramos aquí que la suerte de Judá tiene la precedencia.

Y cuando contemplemos la gran extensión del territorio que Judá le había asignado, puede servirnos para recordarnos al Señor de Judá, cuyo dominio iba a ser de mar a mar, y desde el río hasta los confines de la tierra. Salmo 72:8 . El Lector hará bien en mirar la bendición del Patriarca Jacob con respecto a la suerte de Judá, mientras lee su cumplimiento en este lugar.

Y si dirige la profecía del Padre con la ilustración espiritual de ella en el Señor Jesús, encontrará que esta escritura no está exenta de dulzura. Recuerde el lector que nuestro Señor surgió de Judá; nació según la carne en esas regiones, y luego considere acerca del cetro y el legislador, el Silo y la reunión del pueblo para él, el enrojecimiento de sus ojos por el vino, y sus dientes blancos de leche, y compare con es lo que la iglesia dice de aquel cuyo amor es mejor que el vino, y cuyos ojos son como ojos de palomas lavados con leche, y no necesitará ningún comentario mío si el Espíritu Santo es su maestro, para descubrir la dulce aplicación de La profecía del Padre se cumplió en la persona de nuestro Señor Jesús.

Véase Cantares de los Cantares 5:12 Salomón ; Cantares de los Cantares 5:12 .

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