(4) Y cuando se reunió mucha gente, y venía a él de todas las ciudades, dijo por medio de una parábola: (5) Un sembrador salió a sembrar su semilla; y mientras sembraba, una parte cayó junto al camino. ; y fue hollado, y las aves del cielo lo devoraron. (6) Y parte cayó sobre una roca; y apenas brotó, se secó, porque le faltaba humedad. (7) Y parte cayó entre espinos; y los espinos brotaron con él y lo ahogaron; (8) Otros cayeron en tierra buena, y brotaron y dieron fruto cien veces mayor.

Y cuando hubo dicho estas cosas, clamó: El que tiene oídos para oír, oiga. (9) Y le preguntaron sus discípulos, diciendo: ¿Qué es esta parábola? (10) Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a otros por parábolas; para que viendo no vean y oyendo no entiendan. (11) Ahora bien, la parábola es esta: La semilla es la palabra de Dios. (12) Los de junto al camino son los que oyen; entonces viene el diablo y quita la palabra de su corazón, para que no crean y se salven. (13) Los de la roca son los que, cuando oyen, reciben la palabra con gozo; y éstos no tienen raíz, los que por un tiempo creen, y en el tiempo de la tentación se apartan.

(14) Y lo que cayó entre espinos son los que, al oír, salen, y se ahogan con los cuidados, las riquezas y los placeres de esta vida, y no llevan fruto a la perfección. (15) Pero que en buena tierra están los que, con honestidad y buen corazón, habiendo escuchado la palabra, la guardan y dan fruto con paciencia. (16) Nadie, cuando enciende una lámpara, la cubre con una vasija, ni la pone debajo de una cama; sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.

(17) Porque nada es secreto que no se manifestará, ni nada oculto que no se conocerá y saldrá al exterior. (18) Mirad, pues, cómo oís: porque a quien tiene, se le dará; y al que no tuviere, se le quitará aun lo que parezca tener. (19) Entonces vinieron a él su madre y sus hermanos, y no pudieron venir a él por la prensa. (20) Y le fue informado por unos que decían: Tu madre y tus hermanos están sin querer verte. (21) Y él, respondiendo, les dijo: Mi madre y mis hermanos son estos que oyen la palabra de Dios y la cumplen.

La parábola del sembrador está tan detalladamente explicada por nuestro Señor mismo, que no necesita más comentarios. Para las observaciones hechas sobre todo el discurso de Cristo, en esos versículos, remito al lector a los pasajes paralelos. Mateo 3:13 , etc. Marco 4:1 , etc. Mateo 12:46 ; Mateo 12:46 .

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