(41) Cuando los diez lo oyeron , empezaron a enojarse mucho con Jacobo y Juan; (42) Pero Jesús los llamó a él, y les dijo: Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de la señoría ejercicio gentiles sobre ellos; y sus grandes ejercen autoridad sobre ellos. (43) Pero entre vosotros no será así; antes, el que quiera ser grande entre vosotros será vuestro ministro; (44) Y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos. (45) Porque aun el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.

¡Qué argumento tan hermoso e incontestable del que el Señor hace uso en esos versículos para engendrar humildad de alma! Quien sostiene que el HIJO de DIOS abandona el seno de su Padre y viene voluntariamente para darse una ofrenda y un sacrificio por el pecado, puede, en tal caso, asumir distinción y orgullo.

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