Es realmente asombroso, considerando la maldad de su causa, que Coré y su partido deberían haber estado dispuestos a resolver este problema. ¡Pero lector! cuando nuestro corazón se endurece por el engaño del pecado, ¿qué juicios de DIOS no desafiamos? ¿Cuántas veces ha ido mi naturaleza obstinada e indisciplinada a establecer mi propia justicia, en lugar de buscar la justicia de DIOS mi Salvador?

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