Y aquí de nuevo, mientras contemplamos a Dios, en todos los casos de los miembros del cuerpo de Cristo, como el Dios de su fuerza, todo suficiente y todo eficaz para salvar; aún podemos, de una manera más peculiar, contemplar a Jehová como la fuerza del Redentor en los días de su carne, llevándolo de manera agradable a sus compromisos del pacto, a través de todas sus pruebas. Salmo 89:19 .

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