Explicación, estudio y comentario bíblico de Daniel 1:4-17 verso por verso
a jóvenes en quienes no hubiera ningún defecto, bien parecidos, instruidos en toda sabiduría, dotados de conocimiento, poseedores del saber y capaces para servir en el palacio del rey; y que les enseñara la escritura y la lengua de los caldeos.
El rey les asignó para cada día una ración de los manjares del rey y del vino que él bebía. Ordenó que se les educara durante tres años, para que al fin de ellos se presentaran al servicio del rey.
Entre ellos estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá.
A estos, el jefe de los funcionarios les puso nombres: A Daniel llamó Beltesasar; a Ananías, Sadrac; a Misael, Mesac y a Azarías, Abed-nego.
Pero Daniel se propuso en su corazón no contaminarse con la ración de la comida del rey ni con el vino que este bebía. Pidió, por tanto, al jefe de los funcionarios que no fuera obligado a contaminarse.
Dios concedió a Daniel que se ganara el afecto y la buena voluntad del jefe de los funcionarios,
y el jefe de los funcionarios dijo a Daniel: — Tengo temor de mi señor el rey, quien ha asignado la comida y la bebida de ustedes; pues cuando él vea sus caras más demacradas que las de los jóvenes de la edad de ustedes, expondrán mi vida ante el rey.
Entonces Daniel dijo al inspector, a quien el jefe de los funcionarios había puesto a cargo de Daniel, Ananías, Misael y Azarías:
— Por favor, prueba a tus siervos durante diez días; que nos den de comer solo legumbres y de beber solo agua.
Luego sean vistos delante de ti nuestro aspecto y el de los jóvenes que comen de la ración de los manjares del rey. Y según lo que veas, así harás con tus siervos.
Los escuchó en este asunto y los probó durante diez días.
Al final de los diez días el aspecto de ellos se veía mejor y más nutrido de carnes que el de los otros jóvenes que comían de la ración de los manjares del rey.
De modo que el inspector retiraba la ración de los manjares de ellos y el vino que habían de beber, y les daba legumbres.
A estos cuatro jóvenes Dios les dio conocimiento y habilidad en toda clase de escritura y sabiduría. Y Daniel era entendido en toda clase de visiones y sueños.