Explicación, estudio y comentario bíblico de Daniel 5:18-22 verso por verso
El Dios Altísimo, oh rey, dio a tu padre Nabucodonosor la realeza, la grandeza, la majestad y el esplendor.
Y por la grandeza que le dio, todos los pueblos, naciones y lenguas temblaban y temían delante de él. Mataba al que quería y concedía la vida al que quería. Engrandecía al que quería y al que quería humillaba.
Pero cuando su corazón se enalteció y su espíritu se endureció con arrogancia, fue depuesto de su trono real y su majestad le fue quitada.
Fue echado de entre los hijos del hombre. Su corazón fue hecho semejante al de los animales y con los asnos monteses estaba su morada. Le daban de comer hierba, como a los bueyes, y su cuerpo era mojado con el rocío del cielo, hasta que reconoció que el Dios Altísimo es Señor del reino de los hombres y que levanta sobre él a quien quiere.
»Pero tú, su hijo Belsasar, a pesar de que sabías todo esto, no has humillado tu corazón.