Explicación, estudio y comentario bíblico de Daniel 6:16-24 verso por verso
Entonces el rey dio la orden, y trajeron a Daniel y lo echaron al foso de los leones. El rey habló y dijo a Daniel: — ¡Tu Dios, a quien tú continuamente rindes culto, él te libre!
Una piedra fue traída y puesta sobre la entrada del foso, la cual el rey selló con su anillo y con el anillo de sus nobles, para que el acuerdo acerca de Daniel no fuera cambiado.
Después el rey fue a su palacio y pasó la noche sin comer. No fueron llevadas diversiones a su presencia y se le fue el sueño.
Entonces el rey se levantó al amanecer, al rayar el alba, y fue apresuradamente al foso de los leones.
Cuando se acercó al foso, llamó a voces a Daniel, con tono entristecido. El rey habló y dijo a Daniel: — ¡Oh Daniel, siervo del Dios viviente! Tu Dios, a quien tú continuamente rindes culto, ¿te ha podido librar de los leones?
Entonces Daniel habló con el rey: — ¡Oh rey, para siempre vivas!
Mi Dios envió a su ángel, el cual cerró la boca de los leones, para que no me hicieran daño; porque delante de él he sido hallado inocente. Tampoco delante de ti, oh rey, he hecho nada malo.
Entonces el rey se alegró en gran manera a causa de él y mandó que sacaran a Daniel del foso. Daniel fue sacado del foso, y ninguna lesión se halló en él porque había confiado en su Dios.
Luego el rey dio la orden, y trajeron a aquellos hombres que habían acusado a Daniel. Los echaron al foso de los leones a ellos, a sus hijos y a sus mujeres. Y aún no habían llegado al fondo del foso, cuando los leones se apoderaron de ellos y trituraron todos sus huesos.