Explicación, estudio y comentario bíblico de Daniel 7:7-11 verso por verso
“Después de esto miraba las visiones de la noche, y he aquí una cuarta bestia terrible y espantosa, fuerte en gran manera. Esta tenía grandes dientes de hierro. Devoraba y desmenuzaba y pisoteaba las sobras con sus pies. Era muy diferente de todas las bestias que habían aparecido antes de ella, y tenía diez cuernos.
Mientras yo contemplaba los cuernos, he aquí que otro cuerno, uno pequeño, crecía entre ellos y delante de él fueron arrancados tres de los cuernos anteriores. Y he aquí que en este cuerno había ojos, como ojos de hombre, y una boca que hablaba arrogancias.
“Estaba mirando hasta que fueron puestos unos tronos y se sentó un Anciano de Días. Su vestidura era blanca como la nieve y el cabello de su cabeza era como la lana limpia. Su trono era como llama de fuego; y sus ruedas, fuego ardiente.
Un río de fuego procedía y salía de delante de él. Miles de miles le servían y millones de millones estaban de pie delante de él. “El tribunal se sentó y los libros fueron abiertos.
Entonces yo miraba, a causa del sonido de las palabras arrogantes que hablaba el cuerno. Miré hasta que la bestia fue muerta, y su cuerpo fue destrozado y entregado a las llamas del fuego.