Explicación, estudio y comentario bíblico de Daniel 8:10-19 verso por verso
Se engrandeció hasta el ejército del cielo; y echó por tierra parte del ejército y de las estrellas, y las pisoteó.
Se engrandeció contra el Jefe del ejército. Por él fue quitado el sacrificio continuo y el lugar de su santuario fue derribado.
Por medio de la rebelión le fue entregado el ejército junto con el sacrificio continuo, y él echó por tierra la verdad; hizo cuanto quiso y fue prosperado.
Entonces oí a un santo que hablaba, y otro de los santos preguntó al que hablaba: — ¿Hasta cuándo será solo visión el sacrificio continuo y durará la rebelión desoladora, y serán pisoteados el santuario y el ejército?
Y él le respondió: — Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas. Luego el santuario será restaurado.
Sucedió que estando yo, Daniel, meditando en la visión y procurando entenderla, he aquí que alguien semejante a un hombre se puso de pie delante de mí.
Entonces oí una voz de hombre en medio del río Ulay, que gritó diciendo: — ¡Gabriel, explica a ese la visión!
Luego vino cerca de donde yo estaba. Y cuando llegó, me atemoricé y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: — Comprende, hijo de hombre, porque la visión tiene que ver con el tiempo del fin.
Mientras él hablaba conmigo, caí adormecido en tierra, sobre mi rostro. Pero él me tocó y me puso en pie,
y me dijo: — He aquí que yo te mostraré lo que ha de venir al final de la indignación, porque el final será en el tiempo señalado.