Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 1:22-33 verso por verso
“Todos ustedes se acercaron a mí y dijeron: ‘Enviemos delante de nosotros hombres que nos reconozcan la tierra y nos traigan información acerca del camino por donde hemos de ir y de las ciudades a las que habremos de llegar’.
Me pareció bien lo dicho, y tomé a doce hombres de ustedes, un hombre por tribu.
Ellos se dirigieron y subieron a la región montañosa; llegaron hasta el arroyo de Escol y reconocieron la tierra.
Tomaron en sus manos muestras del fruto de la tierra y nos las trajeron. También nos dieron informes diciendo: ‘La tierra que el SEÑOR nuestro Dios nos da es buena’.
“Sin embargo, no quisieron subir. Más bien, fueron rebeldes contra el mandato del SEÑOR su Dios,
y murmuraron en sus tiendas, diciendo: ‘Porque el SEÑOR nos aborrece, nos ha sacado de la tierra de Egipto, para entregarnos en mano de los amorreos para destruirnos.
¿A dónde iremos? Nuestros hermanos han hecho desfallecer nuestros corazones diciendo: Este pueblo es más grande y más alto que nosotros. Las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo, y también vimos allí a los anaquitas’.
Entonces les dije: ‘No se aterroricen ni tengan temor de ellos.
El SEÑOR, su Dios, quien va delante de ustedes, él combatirá por ustedes de la manera que lo hizo por ustedes en Egipto ante sus propios ojos,
como también en el desierto, donde han visto que el SEÑOR su Dios los ha traído, como trae un hombre a su hijo, por todo el camino que han andado, hasta que han llegado a este lugar’.
Aun con esto no creyeron al SEÑOR su Dios,
quien iba delante de ustedes en el camino, con fuego de noche y con nube de día, a fin de explorar el lugar donde habían de acampar, y para mostrarles el camino a seguir.