Explicación, estudio y comentario bíblico de Deuteronomio 11:10-21 verso por verso
“Ciertamente la tierra a la cual entras para tomarla en posesión no es como la tierra de Egipto, de donde has salido, donde sembrabas tu semilla y la regabas con tu pie como a huerto de hortalizas.
La tierra a la cual cruzas para tomarla en posesión es una tierra de montes y de valles, que bebe el agua de la lluvia del cielo;
una tierra de la cual cuida el SEÑOR tu Dios. Los ojos del SEÑOR tu Dios están siempre sobre ella, desde el principio del año hasta el final de él.
“Sucederá que si obedecen cuidadosamente mis mandamientos que hoy les mando, para amar al SEÑOR su Dios y para servirle con todo su corazón y con toda su alma,
entonces él dará la lluvia a la tierra de ustedes en su tiempo, tanto la lluvia temprana como la lluvia tardía. Así podrás recoger tu grano, tu vino y tu aceite.
Él dará también hierba en tu campo para tu ganado. Así comerás y te saciarás.
“Guárdense, pues, no sea que su corazón se engañe y se aparten y sirvan a otros dioses, y se inclinen a ellos.
No sea que se encienda el furor del SEÑOR contra ustedes y cierre los cielos y no haya lluvia, ni la tierra dé su fruto, y perezcan rápidamente sobre la buena tierra que el SEÑOR les da.
“Por tanto, pondrán estas palabras mías en su corazón y en su alma. Las atarán a su mano como señal, y estarán como frontales entre sus ojos.
Las enseñarán a sus hijos, hablando de ellas sentado en tu casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades,
para que sus días y los días de sus hijos sobre la tierra que el SEÑOR juró a sus padres que les había de dar, sean tan numerosos como los días de los cielos sobre la tierra.